La voz del punk:
El underground estaba tomado, ya no habitado por proyectos de estrellas sino por la más significativa muestra de respuesta cultural a la cultura dominante, muchos jóvenes estaban demostrando que su mundo no tenía nada que ver con el que las generaciones anteriores habían soñado. Todos los símbolos, los parámetros estéticos y todo lo que representara la sociedad quedaba del otro lado de la valla que la misma realidad les había impuesto.
La cuestión era diferenciarse de ese sistema que los había marginado por completo. Crestas que se elevaban por sobre los engominados y prolijos cabellos de los Londinenses. Borceguíes y ropa militar de fajina, que además de ser la única accesible por provenir de las remesas de tiendas militares, denotaban una posición alejada del utópico sueño de paz y amor de la generación hippie y una actitud de lucha contra los parámetros sociales.
Como toda cultura alternativa generó su propio circuito, tiendas como la de Malcon McLaren donde la ropa reciclada era la opción, lugares donde los grupos se reunían ante un precario escenario y pequeñas discográficas como Chiswick que nucleaban a la escena musical punk.
Inicio de la relación punk pop:
El punk crece y la sociedad ya no puede ignorar que algo está pasando. En 1976 Sex Pistols firma contrato con EMI. Una verdadera paradoja, una importante discográfica, digno ejemplo del establishment, hace negocios con el hasta entonces más virulento grupo de la escena punk. La compañía dijo: “…Sex Pistols es un grupo pop de esa forma musical conocida como punk rock. Fue contratado por EMI sólo con fines de grabación en octubre de 1976. Según la opinión de nuestros ejecutivos, era un grupo desconocido que prometía. Al igual que muchos otros grupos de diferentes tendencias que hemos contratado, inicialmente controvertidos, pero que con el tiempo fueron aceptados y contribuyeron mucho al desarrollo de la música moderna…”.
Sin duda el texto de EMI se anticipaba en ciertos aspectos al futuro del “no futuro”. El punk firmaba su acta de defunción prácticamente en el instante que se reconoce su nacimiento. Pero Jhon Lydon, por entonces Jhonny Rotten, la voz de los Pistols y un hombre de una inteligencia poco común, tenía bien sabido su papel. Anarchy llega al puesto 12 en su semana de lanzamiento y EMI queriendo evitar problemas saca de circulación el disco. Los Sex Pistols califican de ilegal la acción y aprovechan la conferencia de prensa para tildar a Mick Jagger y a Rod Steward de excrementos sagrados (Holly shit, un insulto común del habla inglesa). El divorcio le cuesta a EMI 25.000 libras y el resultado se lee claro: punk 1 establishment 0.
Castigo a los Sex Pistols:
Sex Pistols son prohibidos en casi todos los lugares de la gira que habían dispuesto por el país, de 23 lugares solo pudieron realizar su concierto en tres. El punk sigue creciendo sorteando todo tipo de control. Cruza a Nueva York y de allí al resto de Norteamérica, con exponentes como los Ramones, The Stooges, MC-5, etc.
A todo esto los Pistols firman con A&M un contrato millonario, pero con el disco God Save The Queen listo para la distribución, la compañía decide prescindir de ellos. La explicación fue que los integrantes del grupo habían destruido los baños de la compañía, habían intentado violar a un par de secretarias y atacaron a un disc jockey. Lo cierto fue que otros artistas del sello exponentes del rock clásico como Rick Wakeman de Yes, Peter Frampton, y otros, hicieron a los directivos una amenazante petición: “o nosotros o ellos”.
Rebelión de Sex Pistols y su vuelta al punk:
Los Pistols están prohibidos en radio y televisión, sus recitales sólo se informan de boca a boca y tocan en lugares como el cine de Londres o en la discoteca Lafayette bajo el seudónimo de SPOTS (Sex Pistols on Tour Secretely).
Irónicamente se suben a tocar sobre un lanchón llamado Queen Elizabeth, durante una gran fiesta en el palacio de Buckingham. Las cámaras de T.V. muestran la carroza de la reina Isabel II, seguida por su corte. Por el Támesis, a la par del desfile, navega el grupo que tiene prohibido tocar sobre tierra firme, cantando «…dios salve a la reina / ella no es un ser humano...». Media docena de embarcaciones policiales los obligan a amarrar y les ordenan silencio. No escuchan, tocan No Fun, les cortan el suministro de energía, terminan presos después de una batalla de bastonazos y patadas.
El single God Save the Queen es el más vendido durante las celebraciones reales, ahora distribuido por Virgin, el sistema intenta controlar las energías de los jóvenes y capitaliza sus productos malditos generando paradojas increíbles. Lydon es golpeado cada dos por tres y su provocativo deambular por las calles se vuelve peligroso contra el mismo, sin embargo se rechaza la propuesta de ponerle guardaespaldas ya que eso lo colocaría en igual posición que las estrellas pop.
The Clash, desde las raíces del punk:
The Clash tampoco puede tocar en suelo inglés, la otra mitad de la anárquica criatura más brillante que el punk haya engendrado es deslumbrantemente coherente entre sus letras y su forma de vida. En París graban para un programa de T.V. y ante las repetidas peticiones de parte de los técnicos para que bajen el volumen deciden ir al baño para luego de un tiempo volver al set con las ropas pintadas con inscripciones que se leían en pantalla fácilmente: Vous êtes tous des putains.
En Bélgica tocan en un festival de Jazz donde les llueven latas de cerveza. Mick Jones detiene la banda y dice: “si quieren que sigamos, retiren a la gente de seguridad”. Nadie se atreve y es recién allí que los belgas comprenden el mensaje de los tipos que sangrando, en algunos casos, sobre el escenario, hacen notarles que su agresión estaba mal dirigida. The Clash dice “bien, sigamos”, pero en lugar de tomar sus instrumentos del piso, toman las latas y empiezan a tirarlas sobre la audiencia.
The Clash, un mensaje político:
The Clash es a los Pistols lo que fueran los Stones a los Beatles, un paso más allá. Atraen menos chicos en busca de pogo (baile violento característico del punk) y escupitajos, y más intelectuales. Proponen más, hablan de política, de soluciones futuras, de revolución y sobre todo de acción. Son la guerrilla empuñando guitarras. El universo político, económico y social son expresados por ellos en una doble tarea: palabras y hechos. Canalizando el nihilismo hacia una política radical contestataria los Clash estaban lejos de la otra forma de vivir el punk, forma cuyo máximo exponente era sin duda Lydon: “yo nunca he tenido puntos de vista políticos, ni los tendré. Me he preocupado siempre de mí mismo y seguiré haciéndolo”.
Punk y el vital contacto con el Pop:
Analizando el fenómeno punk, es evidente que se trató de una resultante lógica de la modernidad. Si la modernidad se caracteriza por un movimiento destructivo de lo establecido bautizado como modernismo y uno constructivo que da la bienvenida a lo nuevo llamado modernización, este núcleo paradójico y dialéctico fue también el embrión del punk que postulaba la necesidad de destruir para construir.
A esta altura lo más significativo del punk rock había pasado por el impensado momento de sentarse a negociar con las discográficas multinacionales en un claro ejemplo empírico de los términos que desarrollara Raymond Williams en los estudios culturales de Birmingham. El emergente estaba encontrando su lugar en lo hegemónico y la cuestión provocaba controversias. Así como algunos vieron en esto un pasaje lógico del proyecto, otros perecieron en él. The Clash, por ejemplo, sentía que podía luchar contra el sistema desde adentro y seguía sin entrar en contradicciones aunque un tema suyo musicalizara la promoción de una marca de jeans. Por otra parte, los que habían basado toda su virulencia en la máxima de “no transar con la máquina”, comenzaron a naufragar en alta mar haciendo agua ya sea por la popa o por la proa.
http://www.solovagos.com/foro/punk/6102-informe-completo-sobre-el-punk.html